"El
11 de abril de 1945 –hace pues sesenta y cinco años– hacia las
cinco de la tarde, un jeep del Ejército americano se presenta a la
entrada del campo de concentración de Buchenwald."
Así comienza el discurso que Jorge Semprún pronunció en la plaza central del campo de concentración de Buchenwald con motivo del 65 aniversario de su liberación. Un año más tarde, en 2011, Semprún morirá, algo que ya se presiente en las líneas finales del discurso.
Pongo aquí el enlace al documento: Discurso: El archipiélago del horror nazi.
Semprún escribió un libro describiendo su paso por el campo de concentración. Se titula "La escritura o la vida". Así explica el título:
"Un
día soleado de invierno, en diciembre de 1945, me encontré ante la
tesitura de tener que escoger entre la escritura o la vida. Quien
tenía que escoger era yo, yo solo.”
Pero,
¿cómo explicar lo que no se puede explicar? ¿Lo que muchos oídos
no quieren oír? Eran tantos los prisioneros que una vez liberados no
hallaban consuelo en familiares o amigos que no creían, que no
acababan de creerse lo que el liberado les explicaba... pues ¿cómo
creer en el infierno? Fue esa razón la que empujó a muchos al
suicidio.
“No
poseo nada salvo mi muerte, mi experiencia de la muerte, para decir
mi vida, para expresarla. Tengo que fabricar vida con tanta muerte. Y
la mejor manera de conseguirlo es la escritura. Sólo puedo vivir
asumiendo esta muerte mediante la escritura, pero la escritura me
prohíbe literalmente vivir.”
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